crónicas de la transmurciana
Primera jornada: Lorca - Cañada de la Cruz


Lorca

De Lorca a Murcia por el Norte de la Región de Murcia
(Crónica de una muerte anunciada)

23 de junio, última semana del mes y se nos ha metido encima el calor, de golpe y sin avisar, nos esperan unas duras jornadas por delante. Las habíamos programado para algunos días más pero al final nos debemos de ajustar a lo que tenemos que no es mucho: cinco días de los que solo utilizaremos cuatro.

Como siempre que realizo algún viaje de este tipo y a pesar de ya muchos realizados, siempre tengo los mismos nervios, no duermo bien a pesar de haber dejado todo preparado, empaquetado y colocado en la bici. Me levanto pronto, a las 7.45 h. sale nuestro tren que nos llevará a Lorca donde retomaremos el itinerario de las TransMurciana que dejamos unos meses atrás.

Ya en Lorca nos acercamos a la plaza de abastos que esta junto a la estación de RENFE para aprovisionarnos. Nos preparamos unos bocatas y tomamos café. Listos para una intensa jornada.

Primera jornada: Lorca – Cañada de la Cruz

Salimos de Lorca por el cauce el Guadalentín, lecho de arena y agua que nos llevará al embalse de Puentes. Aquí contemplaremos el magnifico bosque de (taráis) el mejor de toda la Región. Después del pequeño descanso y algunas fotos reanudamos nuestra marcha hacia Cañada Hermosa. Pasaremos por los cortijos abandonados de las Palas y del buitre. Pronto Zarpadilla de Ramos aparecerá al fondo de una suave pendiente. Reponemos agua en la fuente pública y sin entretenernos mucho más decidimos continuar hasta Doña Inés. Ya en el pueblo es muy buena hora para comer y protegernos un rato del sol que empieza a pegar de lo lindo. En el bar de la plaza damos cuenta de cuanto marrano había en la despensa y dejamos bajo mínimos las provisiones de cerveza.

Al salir a la calle el día nos recuerda toda su crudeza. Empapamos las camisetas el la fuente pública y nos las ponemos, el placer durará poco. Salimos del pueblo por asfalto, a buen ritmo, lo abandonamos por una pista a nuestra izquierda, de buen firme y en ligera pendiente. A llegar arriba solo somos dos, a José Luís no se ve. Juan Bautista decide regresar a buscarlo, yo los esperare allí, busco una sombra, pero no hay nada junto a la pista. Poco después llegan, José Luís trae sucia la ropa: ¿Pero es que te has caído? Sin su acostumbrada siesta, tuvo un ligero mareo y llego a caer de la bicicleta. Nos asusto un poco y le propusimos resguardarnos del sol que en ese momento caía a plomo sobre nuestras cabezas bajo unos pinos cercanos. Orgulloso, se negó en redondo y continuamos nuestra marcha hacia la Almudena y Tarragoya donde nos prometimos un descanso con helado incluido. La suerte no estaba de nuestro lado y el hotel-restaurante estaba cerrado. Afortunadamente había un grifo de agua potable que pudimos utilizar para reponer el agua de nuestros bidones y volver a empapar nuestras camisetas para mitigar en parte el calor que estamos soportando.

Sentimos envidia al pasar junto a una granja en la que hermosos cerdos sesteaban en el lodazal, parecían pasárselo mejor que nosotros. Continuamos por el páramo hasta cruzar la carretera de Caravaca a la Puebla, donde por fin pudimos comer ese helado con el que soñábamos toda la tarde. Deliberamos. Decidimos que ese día podíamos pernoctar en Cañada de la Cruz, en vez de los Odres que era el lugar previsto, total por unos veinte kilómetros más... Llegamos ya ocultándose el sol.

En Cañada el bar estaba cerrado. Nos alojamos en una casa rural (). Después de una reparadora ducha y ropa limpia, nos fuimos a una tienda, compramos algo de pasta y mucha cerveza. Como cocineros no somos muy buenos, pero no lo comimos todo. También nos hidratamos de lo lindo. Mañana será otro día.

Las suaves temperaturas de semanas anteriores se evaporaron como por ensalmo. Fueron sustituidas por un sol de justicia y termómetros desbordados. Lo aconsejable hubiera sido jornadas más cortas y acabadas antes del medio día. Pero la disponibilidad de tiempo, especialmente para Juan Bautista, no nos permite ser prudentes, por lo que las jornadas fueron largas y ásperas, donde el calor contribuyo en gran manera a endurecer el recorrido. 96.89 km. marcaba el GPS, a la llegada a Cañada de la Cruz, pero no me lo creo, fueron más, muchos más o al menos esas fueron nuestras sensaciones.

 

Guía Práctica

Salida: Lorca
Llegada: Cañada de la Cruz
Época: Todo el año.
Porcentaje de ciclabilidad: 100%
Distancia: 97 Km.

 

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